" Se puede pensar rápidamente en el día que pasó. O en los amigos que  pasaron y para siempre se perdieron, pero es inútil huir: el silencio  está ahí. Aún el sufrimiento peor, el de la amistad perdida, es sólo  fuga. Pues si al principio el silencio parece aguardar una respuesta  -cómo ardemos por ser llamados a responder-, pronto se descubre que de  ti nada exige, quizás tan sólo tu silencio. Cuántas horas se pierden en  la oscuridad suponiendo que el silencio te juzga, como esperamos en vano  ser juzgados por Dios. Surgen las justificaciones, trágicas  justificaciones forzadas, humildes disculpas hasta la indignidad. Tan  suave es para el ser humano mostrar al fin su indignidad y ser perdonado  con la justificación de que es un ser humano humillado de nacimiento.  Hasta que se descubre que él ni siquiera quiere su indignidad. Él es el  silencio."
Clarice Lispector (escritora brasileña 1920 - 1977)
